26/06/2020

Diario del viernes pasado.

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Me levanté temprano y tome el cafe de todas las mañanas. Le habia hablado la noche anterior a la chica de la agencia que me contrató, y me llegó la respuesta. Yo quería saber a qué tienda ir a trabajar, porque no estaba segura. Pero ella no me pudo aclarar mi duda, así que fui por las dudas a la dirección inicial. En el trayecto en colectivo pasé por un control policial en la avenida por la que ingreso a capital federal y me di cuenta de que me había olvidado de tener a mano el codigo QR de la aplicación con el permiso de circulación, me aparecía el autodiagnóstico que ofrece la app en la pantalla y no podía sacarlo mientras el policia esperaba que se lo muestre. Le mostré mi DNI pero dejó pasar lo del permiso porque supuso que sí lo tenía, dijo "ya esta, ya está" guiñándome un ojo y sonriendo detrás del barbijo. Hicimos unos metros mas en la avenida, cuando teniamos que doblar por la derecha el colectivo se quedó atascado por un auto estacionado en la esquina. Si el coche avanzaba iba a romper el auto, por lo que quedo quieto. Apareció de la nada el sueño del auto gritando. Golpeó la chapa del colectivo justo donde yo estaba sentada y el chofer se enfureció diez veces más que el del auto. Hubo una discusión muy acalorada, y el dueño del auto termino en una actitud reducida porque sabía que él era el culpable de la situación. Debia pedir bien las cosas y no reaccionar violentamente. Después de todo, si su auto se dañara seria consecuencia de su estupidez. Pidió al chofer que por favor retrocediera el colectivo para poder sacar el auto. Así lo hizo. 

Llegué tarde al trabajo y tuve una discusión por no haber recibido información sobre mi lugar de trabajo, por el hecho de que me culpen a mí de todo. Aclaré los tantos porque una compañera trató de retarme por algo que no era cierto, nadie sabia en sonde habia estado yo el dia anterior ni donde tenía que estar ese mismo día, así no pueden corregirme. Yo pediré exolicaciones a quien tenga que pedirlas, mientras tanto que se callen. Empecé a trabajar y fue un desastre, no paré un segundo y cuando lo hice tambien me retó esa compañera alterada. Tiene una personalidad horrible y no la quiero tener cerca ni para que me enseñe. Y pasa de una actitud a otra, un momento me esta gritando y al otro me trata dulcemente. Yo no le sigo el juego, no sé qué quiera, pero no va a conseguir que le responda con nada. No soy perfecta pero no me cuesta aprender, si hice algo mal es porque no sabía, si no lo hago a propósito no tiene porqué tratarme tan mal. Tuve que volver a casa en el mismo colectivo, pero para su sorpresa no me senté con ella y no voy a charlar con ella. Esta bien tener orgullo, aunque seas solo una repositora que recién empieza a romperse la espalda. 

A la mañana siguiente del sábado yo vería el mail de la profesora de Comunicacion para recordarnos que el trabajo práctico se entregaba el martes. Y allí me decidiría por dejar el trabajo al fin.